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Esta iglesia está relacionada con los jesuitas quienes son en realidad sus fundadores (s. XVII). Se trata de una planta de cruz griega dando lugar por ello a una nave central con someras insinuaciones de los brazos de la citada cruz y en la que se sitúan altares pequeños. Actualmente es sede de una de las cofradías de la ciudad.

 

Se sitúa en la ladera que desde la alcazaba descendía y desciende hacia la mezquita Mayor y catedral y la plaza Mayor. Tal ladera recibía, en la época musulmana, el nombre de Sened, y desde la plaza se accedía a ella por medio de una puerta situada en lo que hoy es entrada a la calle de Abentofail, junto al palacio de El Zagal. Hay también vestigios de baños romano- árabes, gemelos de los de Santiago y la Concepción.


Por todo ello, tras la guerra de los moriscos de 1568- 70, con todo lo que supuso para la mentalidad religiosa de esta región, el resucitar la vida, milagros y apostolado de San Torcuato y los demás varones apostólicos, fue un gran revulsivo para la ciudad. Un revulsivo que se acrecentaba en este caso al poder aportar, enseguida, los documentos que acreditaban el lugar donde reposaban los restos del apóstol, y los avatares de su traslado, conocimiento que permitía plantearse el problema del retorno de sus reliquias a Guadix

 

La iglesia de San Torcuato, fue construida en el siglo XVII, junto al Hospital de los Jesuitas, que posteriormente pasó a ser Hospital Real, trasladándose allí todas las funciones del antiguo edificio situado en la plaza de Villalegre. La iglesia sin embargo quedó inacabada.

 

El hospital presenta en sus estructuras y en los elementos decorativos, un estilo renacentista claro con carácter sobrio.

La iglesia sigue actualmente el esquema de una cruz griega, pero originalmente la capilla occidental que sirve de acceso debió haber continuado como una nave central rectangular hasta completar una planta de cruz latina típica de los modelos jesuíticos. El edificio se alza sobre un zócalo de sillería de piedra caliza. El resto está fabricado en ladrillo, excepto en las partes altas donde destacan los cajones de tapial calicastrado y de tapia valenciana enmarcados por machones cerámicos. En la fachada lateral se abren varios vanos con frontones, resultado seguramente de reformas posteriores, ya que no siguen un estilo común. Es justo en esta fachada donde se encuentra una de las portadas de estilo barroco, con el vano de arco de medio punto enmarcado en pilastras de ladrillo de orden dórico y con frontón partido, y rematada con pináculos. Hoy se encuentra cegada y restaurada con materiales impropios. En los pies de la nave central está la entrada principal, que no es sino el cierre de la nave inacabada. Tiene por eso, una composición mucho más sencilla con arco de medio punto realizado en ladrillo con las impostas sobresaliendo a modo decorativo. El único elemento decorativo de la fachada es un escudo. La fachada se corona con una cornisa de ladrillo.

 

Destaca el altar mayor en el que se hace referencia a los Reyes Católicos a través de dos escudos y sobre ellos una cúpula apoyada sobre pechinas en la parte central, pero de cañón en los laterales.

Guadix y Comarca

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